Mucho se ha hablado los últimos tiempos de Periodismo Ciudadano (y aún hay mucha tela que cortar al respecto así que mucho se seguirá hablando), pero no recuerdo haber leído acerca de “Investigación Ciudadana”. España arroja cada año promociones de titulados universitarios cuyas ramas de actividad no pueden absorber ¿el resultado? Todos conocemos a muchos universitarios trabajando en las cosas más variopintas totalmente ajenas a aquello para lo que en principio se formaron (especialmente en sectores como las Humanidades). La investigación nunca ha sido una alternativa de alimento “espiritual” para estas personas vocacionalmente frustradas puesto que requiere una dedicación cuasiprofesional en el mejor de los casos y las facilidades para acceder a los archivos y al resto de recursos para la investigación no son precisamente las que deberían para los ciudadanos.
Sin embargo el acceso telemático a cada vez más recursos, además con una tendencia clara a la gratuidad, empieza a hacer posible vislumbrar un futuro en el que el ciudadano más inquieto pueda acceder a los recursos necesarios para acometer investigaciones de carácter académico desde su casa. No hay que perder de vista que falta aún mucho para que este escenario se termine de construir, pero ya vamos viendo poco a poco señales de que estamos en el camino.
El otro día leíamos que el diario El Mundo ha abierto su hemeroteca en Internet. Algún lingüista ejerciendo de camarero podría ocupar su tiempo libre en hacer un estudio sobre la intencionalidad del lenguaje político en los editoriales del diario, cualquier tipo al llegar de la oficina puede ahora documentar los pasos del anterior intento de proceso de paz, etc. Y eso que las posibilidades que ofrecen estos archivos están muy limitados por la juventud de la cabecera madrileña, pero cabe esperar que otros periódicos más veteranos sigan el ejemplo del que hasta ahora ha demostrado entender mejor la naturaleza de la red (y que por algo es líder del sector digital)
Pero podemos ir un poco más allá en esto de los archivos periodísticos desde casa, y con un poco de paciencia consultar la Biblioteca Virtual de Prensa Histórica, proyecto del Ministerio de Cultura que ofrece digitalizados fondos raros de los siglos XIX y XX conservados en distintas bibliotecas de España.
La literatura científica aún está fuertemente sujeta a subscripciones electrónicas, sin embargo una visita a Dialnet nos lleva a la conclusión de que cada vez es más sencillo encontrar publicaciones online abiertas. Aún son minoría desde luego pero es una tendencia al alza. Por otro lado ya hay universidades que proveen para sus usuarios formas de acceso en línea desde casa a las Bases de Datos y Publicaciones Electrónicas subscritas, necesitaríamos abundar en este camino y encontrar soluciones colaborativas para hacer frente a los fuertes gravámenes editoriales que seguirán estando ahí por una buena temporada.
Parece que el camino de un acceso libre de la cultura está empezando y que muchas cosas (como la manera en que la sociedad deberá afrontar el tema de la propiedad intelectual) tendrán que cambiar, sin embargo ya hoy uno puede organizar un grupo de investigadores no profesional en Internet. Aprovechar los recursos en línea, documentar la investigación con wikis, tener foros de discusión, compartir recursos mediante la digitalización, fomentar la discusión científica mediante blogs de los investigadores… Un panorama que pinta bien…y que no ha hecho más que empezar.