¿A esta revolución le faltan blogs?

Hasta ahora el papel de las redes en el 15M ha sido importante, pero se ha limitado prácticamente a la información y a la convocatoria. El timeline es una perfécta instantánea de algunas de las dinámicas del 15M que más debate interno están generando en las últimas fechas: está claro que sabemos tomar la calle pero ¿debemos también aprender a pararnos a reflexionar? Parar como mínimo para tomar aliento y evitar la saturación, pero sobre todo, parar para movernos en otras direcciones, las que dicte una agenda 15M.

Cuando llegamos a la plaza lo hicimos rompiendo con la agenda, con movilizaciones acéfalas que no se recordaban desde el 13M, reconquistando el espacio público, desmintiendo la versión mediática y rechazando convencionalismos absurdos –que no inocentes- como la jornada de reflexión. Sin embargo lo que en primavera fue iniciativa en verano, con las elecciones en el horizonte, se convirtió en danzar al son de su lista de agravios. Un contraataque en toda regla.

Y hemos dado la cara, incidiendo en el mantra de la visibilización que aprendimos de las compañeras feministas, inundando las ciudades, persiguiéndoles sin descanso, aún a costa de suspender nuestras asambleas y líneas de trabajo en los barrios. Y estuvo bien, pero ahora necesitamos construir. Y para construir necesitamos deliberar y crear lazos (identidad).

Por supuesto el 15M no ha carecido de deliberación, que se ha dado en los corrillos de las plazas, en las asambleas y también –quizá sobre todo- en grupos de trabajo, comisiones, reuniones informales y momentos de impasse (entre carga y carga, vamos).

El aporte que las redes telemáticas puede hacer en este sentido es crucial, no sólo porque con el otoño las plazas se convierten en charcos, sino porque pueden proporcionar el vehículo de la deliberación más allá de la geografía.

Echar un vistazo a la pirámide del compromiso desarrollada por la gente de Las Indias puede prestarnos un modelo teórico para poner las cosas en perspectiva:

Las topologías de red de los servicios influyen en el valor esperado de las relaciones que generan a su alrededor:

  • El nivel más bajo corresponde al conocimiento de marca y a la más básica de las formas de comunicación centralizada, la publicidad (incluidos patrocinios). Sólo hay un emisor y no se espera más reacción positiva que el acceso a una página o el reconocimiento de un logo.
  • El siguiente nivel de compromiso, la adhesión, corresponde a los medios virtuales también centralizados como los libros de caras. La comunicación sigue teniendo un sólo emisor, pero el receptor responde en términos de agrado/desagrado, con poco coste, como una mera expresión que implica un bajo nivel de compromiso.
  • Un paso más allá tenemos la participación, típica de entornos descentralizados como los ezines, las contextopedias y wikis abiertas, comentarios en blogs, etc. Sigue habiendo una división clara entre emisor y receptor, pero del receptor se espera un grado de compromiso y aporte mayor, que normalmente implica generación de contenidos de forma colaborativa, valoraciones elaboradas, etc.
  • El salto más importante en la generación de valor corresponde al paso a formas de comunicación basadas en la interacción, propias de medios distribuidos como la blogsfera en las que se confunde la divisoria emisor/receptor.

La persistencia en la interacción distribuida acaba generando identidad y por consiguiente comunidad con su consecuencia inevitable de compromisos sociales e interpersonales generalmente públicos que tienden a su vez hacia la presencialidad.

Una mirada superficial al 15M puede hacer pensar que a la cita de esta revolución faltaron los blogs, que el modelo dibuja como la forma más comprometida de participación en red. La que más influye en el entorno social. En parte es cierto, tenemos que devolverles el protagonismo que precisan y formar (empoderar) a los ciudadanos en su uso, pero los blogs nunca han estado realmente fuera del tablero. Lo más revolucionario de la red es que dinamitó la diferenciación emisor/receptor, dejando que discursos periféricos pudieran flotar. Un ejemplo: ¿alguien imagina que la respuesta a la Ley Sinde pudiera haberse articulado con las informaciones de los medios convencionales? Estos años de toma de voz han permitido socavar el discurso del pensamiento único ¿has probado a pinchar los enlaces de los tuits? ¿cuántas de esas informaciones están en los blogs? ¿cuántos de tus amigos del n-1 tienen blog personal? Los blogs han estado ahí desde el principio de todo esto, pero no les estamos sacando sufieciente partido.

Tenemos que crear, tenemos que narrarnos, tenemos que lanzarnos los unos a los otros textos con poso en respuesta a otros textos decantados…como tenemos que crear redes de apoyo mutuo, cooperativas, espacios realmente democráticos o universidades populares. Crear, crear, crear. Mientras, las ideas de la blogsfera quincemayista volarán en Twitter y volveremos a llenar las calles…al dictado de nuestra propia agenda.