Leo esta mañana en Escolar que “hay un imbécil que acusa a los manifestómetros de trabajar para la Policía”
. Es bien sabido que en las manifestaciones no convocadas por la Conferencia Episcopal suele haber infiltrados por la policía, y a la vez creo que hay cierta psicosis provocada por ello que pueden llevar a la masa a cebarse con alguien sólo con que un cretino enteradillo le señale con el dedo. Al que subscribe la ha pasado. Algo de esto pensé que había cuando leía el titular, seguramente así es pero no sólo.

Aunque conocía por referencias el Manifestómetro nunca lo había leído. Conozco el blog uno de sus autores, Prosopopeyo, que me parece un tío muy gracioso, eso sí, pero nada más.

Después de leer el artículo de Indymedia del que Nacho Escolar llama alegremente “imbécil” no me queda claro si el autor cree realmente que son colaboradores de la policía (más bien me inclino a pensar que no, que se trata de “devolverles la moneda”), pero de lo que estoy seguro es de que tiene toda la razón del mundo, y son hechos, en que en este blog se publican fotos de manifestantes a los que se señala como alborotadores, sirviéndole en bandeja a la policía su identificación ( sí, ya sé que ya estarán más fichados que Sinatra en sus años mozos, pero no es plan de colaborar de esta manera). Otro hecho indiscutibles es que a las fotografías de la policía si que les tapan la cara (como a ellos mismos). Un hecho subjetivo es si son al menos tan “imbéciles” como el escritor de Indymedia, porque que son unos irresponsables y unos listillos está bastante claro.

Además a mi me da que estos medidores de Manis podrán haber ido a muchas manifestaciones pero no se han enterado ni del nodo, habida cuenta de lo que comentan:
“Que los quince o veinte mamarrachos de siempre se comporten como mamarrachos no es algo que deba sorprendernos, pero que lo haga un policía sí.”

Sobre la violencia en las reivindicaciones populares habría mucho que hablar (que se lo pregunten a los franceses) y desde luego no es un tema tan sencillo como parecen hacer ver los “manifestómetros”. Insultar cuando alguien que no es nadie le toca a los colegas sí que es sencillo.

P.D: Aquí hay otros “testigos” de manifestaciones. La cosa tiene muy buena pinta (Visto en Perspectivas en movimiento).