Postmodernismo antiterrorista.

Hace ya años que el postmodernismo se puso de moda, situando bajo duda los dictados absolutos de la razón, y parece que ahora, nuestro presi Aznar se apunta al carro. Ha sostenido en una cumbre internacional contra el terrorismo que no hay que analizar las causas de los actos terroristas sino sólo los efectos. Nunca han importado las relaciones causa-efecto y los recovecos originarios de los procesos para la administración Aznar, sólo la grandilocuencia escénica y la mano dura policial. Aznar se pasa por los cojones, de la mano de su hermano mayor de Norteamérica, la motivación de causas universalmente reconocidas como justas (pongamos como ejemplo la guerra de independencia de Estados Unidos) y todo el pensamiento político, incluso el de cariz liberal sobre el derecho de los pueblos a luchar contra un gobierno tiránico. Comprendo perfectamente que él tiene en la memoria la lucha antifranquista como algo ilegítimo, fruto de un puñado de alborotadores barbudos. No lo dudo ni un instante, ni se me ocurriría preguntarme sobre su opinión acerca de la causa palestina, pero entonces ¿qué pasa con la Revolución Francesa?