Al final quedan las historias

Tributo a muelle


Aún algo cansado y con esas agujetas en la atención, que suelen dejar “los días de después” los compañeros de SOMOS empezamos a coser las pequeñas historias recogidas el otro día durante la larga jornada de pintura y encuentro en Malasaña. Durante las muchas horas que estuvimos debatiendo con vecinos, atendiendo a medios, disfrutando de la cercanía con los artistas y sobre todo conociendo a lectores y vecinos, nos quedamos con las historias que seguro seguiremos comentando pasados los años.

Aunque cualquiera que se pasara el domingo por Malasaña se pudo llevar -creo- la sensación de que la iniciativa transcurrió plácidamente bajo el sol de un magnífico día soleado de invierno, en el backstage lidiábamos con los inevitables desajustes en una actividad que involucraba a varios cientos de personas entre pintores, comerciantes y asistentes. Hubo, por ejemplo, un grupo de geniales y locos artistas de Bristol que llegaron para la cita unos días antes y pintaron medio barrio por su cuenta (con el permiso de los comerciantes…casi siempre). El caso es que como pintaban de puta madre al día siguiente se puso en contacto con nosotros un tendero de Espíritu Santo que en principio no participaba en Persianas Libres para agradecernos el trabajito. Nosotros por supuesto explicamos que sólo hemos tenido que ver con lo que los geniales ingleses han pintado dentro de programa. No faltó también algún que otro incidente desagradable por parte de uno boicoteadores que vinieron a amenazar a algún pintor con sacudirle si le borraban sus firmas. Pecata minuta que no consiguió empañar el día.

Y fueron muchas las historias entrañables, desde el que estaba de visita con su familia en El Rastro y cuando se enteró de la iniciativa se vino corriendo al barrio porque quería participar, hasta la chica de diecisiete años que vino a pintar con sus padres, o la familia que llegó para preguntar “dónde estaban el graffittero que pintaba patos”, y es que al parecer su hijo de doce años “lleva años coleccionándolos”. La Corredera, la Plaza de San Ildefonso y el resto de calles de alrededor fueron un hervidero de comentarios, corrillos y felicitaciones a los artistas. También hubo mucho debate sobre el tema del graffiti (omnipresente en este barrio) y seguramente algunos graffiteros y vecinos pudieron matizar sus posiciones.

Para nosotros, como periódico, la posibilidad de ser un poquito más un nodo del barrio. Que es de los que se trataba.

Vazquez-Rial sigue dando el coñazo

Detesto a esa generación de conversos izquierdistas que han dado la vuelta completa al arco político para convertirse en furibundos derechistas y van dando lecciones al mundo en plan “yo estuve ahí, salí nadando del archipiélago gulag y ahora le comunico al mundo lo dañina que es cualquier manifestación de izquierdismo y el gran fracaso de todos los proyectos de izquierda” El que fracasaste fuiste tu tío, déjanos vivir a los demás tranquilos.

Esta parrafada viene a cuento de la reedición de La izquierda reaccionaria, que dicen por ahí se reedita de manera novedosa . Lo venden online en distintos formatos y lo promocionan en redes sociales ¡toma novedad de la buena!

Libritos de urgencia: una propuesta de edición activista

La apisonadora de la actualidad nos pilla desprevenidos una o dos veces cada mes, a los Anonymous le suceden los tunecinos, a estos los egipcios (y los tres mezclados). En este concurrir continuo de hitos las cadenas de televisión y periódicos saltan de una isla informativa a otra sin tiempo para explorar el territorio. Los libros académicos se publican un año después, y aunque la información está ahí, diseminada por la red, hacer un buen filtrado y coser los retales de manera coherente a menudo supone un esfuerzo que nos supera.

Por otro lado a veces se echa de menos la capacidad de impregnar y la intimidad de relato digerido, y se echa de más la fugacidad del monitor y la discontinuidad del (bendito) hipertexto. Necesitamos más materiales para la reflexión reposada, y casi a la velocidad del suceso.

Mi propuesta es la siguiente:

  • Podríamos (¿quiénes?) sistematizar una edición de urgencia de pequeños eBooks que dieran contexto al suceso. Libritos vivos que tuvieran su recorrido y su razón de ser en un corto periodo de tiempo, en el que las distintas ediciones cambiarían a lomos de la actualidad. Con el tiempo los libritos pasarían a tener otro valor, el de conservadores de las impresiones inmediatas e incluso podrían tener un segundo recorrido a través de servicios de impresión bajo demanda.
  • ¿Qué papel tendrían los editores? Recopilar los textos, darle una coherencia al relato, hacer traducciones en la medida de lo posible, contactar con los autores si fuera necesario y hacer las ediciones en sí mismas. Un editor más familiarizado con un tema específico podría llevar el peso de ese Librito de urgencia.
  • ¿Cómo podría articularse el proceso? Todo lo consensuable (enfoques, temas, selección…) podría hacerse a través de una lista de correo electrónico; la edición de los eBooks necesita de una plantilla común y unas cuantas herramientas libres de fácil acceso y uso. Los formatos podrían ser epub y PDF ¿una versión en HTML para dispositivos móviles sin lector de ebook?
  • En última instancia las fuentes siempre estarían accesibles, y la mera recopilación de enlaces ya tendría un valor en si misma.

¿Os animáis a dale forma a de Libritos de urgencia?